¿Cómo evadir a una Yandere?
Capítulo 7: Viaje Sanguinario.
El día del viaje por fin había llegado y la distribución de los grupos estaba por comenzar en la Academia. Cada año se formaban 3 grupos con el fin de dividir a todos los estudiantes en 3 áreas diferentes, y de este modo poder tener espacio suficiente para que todos los estudiantes puedan ir al viaje de verano. El primer grupo iría al río el primer día; el segundo a las montañas y el tercero al bosque. Luego, el segundo y tercer día se rotarían las actividades.
Los grupos se seleccionan escogiendo 2 conjuntos de cada año, sección de chicos y chicas. Este año en el primer grupo estaban 10 personas seleccionadas por Ryo y Haru, incluyendo 10 más de la sección de Emma, y 10 de último año de la misma sección. 17 chicos y 13 chicas en total. Emma estaba emocionada por estar con Ryo en el viaje, y mucho más alegre porque por su salud.
Akemi no pudo asistir, y aunque Haru también iba a estar presente desde lo sucedido aquel día. Su relación con Ryo se ha visto afectada, y Emma no podía decir que estaba contenta con la relación entre Akemi y Ryo, pero estaba confiada en que podría resolverlo. Haru, por otra parte no era la misma, su estado animado e imperativo había desaparecido por completo. Su sonrisa se transformó en una expresión vacía y sus ojos llenos de alegría se transformaron en una mirada perdida y triste. Ryo sabía que algo no estaba bien con Haru, pero aunque él intentará acercarse a ella, lo evitaba a toda costa. Sus compañeros también habían notado el cambio en Haru y estaban preocupados, por eso iban a usar este viaje como oportunidad para animarla.
Dentro del primer grupo destacaban los amigos de Ryo y Haru, todos de primer año, entre ellos estaban Kaito Yamada de 17 años, al igual que Ryo, y era del club de periodismo. Sus ojos eran marrones y su cabello castaño, era un chico muy animado y determinado. También estaba Shiro Amagi de 16 años, amiga de Haru desde la primaria. Sus ojos eran verdes y su cabello rojizo, tenía una actitud mucho más dócil que Haru antes de cambiar, y aunque era una chica tímida, tenía sus momentos. Por ultimo estaba Hayato Tsuna de 17 años, perteneciente al mismo equipo de Kendo que Ryo. Sus ojos eran Negros al igual que su cabello, era también el autoproclamado rival de Ryo. De segundo año además de Emma sólo Yukino Kazami de 18 años resaltaba. Sus ojos eran celestes y su cabello era negro noche, una chica fría y directa, y aunque Emma era solitaria, también parecía llevar una buena relación de Yukino. De tercer año estaba Misono Raiga, el Capitán del Equipo de Kendo. Sus ojos eran azules y su cabello castaños con una gran acritud altanera. Junto a varios de sus Seguidores, era un grupo bastante peculiar, pero lo que no sabían era que en los próximos días todo estaba por cambiar.
En otra parte del mundo, una reunión se llevaba a cabo. Personas poderosas se reunieron por vídeo conferencia. La mayoría eran empresarios importantes de Japón y entre ellos estaban los líderes de la familia por parte paterna de Emma. La habitación donde estaban todas las pantallas era roja como la sangre y en medio del suelo había un emblema de un cuervo tomando una guadaña, y al fondo se podía observar a alguien sentando en una silla jugando con una navaja de guerra. El punto de la reunión era el futuro de la familia de Emma, el cual para mantenerse como estaban debían asesinarla. Iban a aprovechar el viaje para que Emma tuviera la guardia baja y nadie sospechara de la familia. Aquella persona que estaba sentada en ese salón jugando con una navaja, era quien debía asesinarla. Todos los que participaban en la reunión lo llamaron “Crow”, y le ordenaron ir con su equipo a asesinar a Emma en su viaje escolar.
Crow se levantó y guardó su navaja, él era un hombre alto, vestido completamente de negro. Usaba una capucha larga que llegaba hasta sus rodillas, y tanto como en los hombros como en la espalda estaba el mismo emblema que estaba en el suelo de esa habitación. Sin embargo, lo que más resaltaba era su máscara, que lucía como si su rostro fuera una calavera con ojos rojos. Su voz era calmada, pero con un tono siniestro, el que usó para aceptar su misión.
Mientras Crow se dirigía hasta el sitio de las vacaciones con su equipo, los estudiantes se divertían en su primer día de viaje. El Río era muy divertido y el grupo de Ryo y Haru se divertía como nunca empujándose unos a otros en el agua. Emma y Yukino descansaban bajo un paraguas, mientras los de tercer año preparaban la comida. Haru parecía divertirse siempre y cuando estaba cerca de Ryo era como si la barrera entre esos dos desapareciera poco a poco. Aunque Emma parecía no estar atenta a lo que sucedía, la verdad estaba muy pendiente de como Haru y Ryo reparaban sus lazos.
Normalmente eso la haría enojar, pero incluso Emma no podía soportar ver a Ryo tan triste. No importaba que tanto pudieran acercarse en ese viaje, eso no cambiará sus planes pensó ella. En la noche, el profesor a cargo de ese grupo preparaba el plan para el día en las montañas, pero Haru y Ryo no asistieron. Emma los defendió diciendo que Haru estaba sintiéndose mal y Ryo la acompañó a su habitación. Yukino le preguntó si hacer eso era buena idea, pues ella sabía lo que Emma sentía por Ryo (al menos que le gustaba), pero Emma le respondió que hacía eso por Ryo y no por la metiche.
Ryo y Haru hablaban de su infancia en un balcón cerca de las habitaciones, y Haru se disculpó con él por lo que sucedió ese día con Akemi. Haru comenzó a temblar, tenía miedo de perder a Ryo. El joven Ryo acarició la cabeza de Haru y la perdonó. La Joven lo abrazó fuertemente mientras sonreía, aunque su sonrisa parecía algo forzada, Ryo no se dio cuenta.
Haru le contó que había recogido un perrito de la calle y lo invitó a verlo. Ryo sonrió y aceptó. Decidió que ya era hora de volver a sus habitaciones. Al volver Ryo fue recibido por sus amigos celosos por la atención que él siempre tenía de las chicas y comenzaron a luchar con almohadas. Mientras Haru no volvió a su habitación, sino que se sentó en un pasillo y con un cuchillo de cocina escribía el nombre de Akemi, el cual comenzó a apuñalar con irá.
Al día siguiente comenzó la excursión a las montañas, donde los jóvenes se divirtieron observando la Fauna y haciendo competencias de alpinismo. Ryo tuvo una lucha de cocina contra Yukino, mientras Haru dormía y Emma la vigilaba por órdenes del profesor. Al terminar la excursión, Ryo terminó cargando a Haru de regreso, mientras Emma consolaba a su amiga por haber perdido la competencia culinaria. Al llegar al recinto, Kaito, Shiro y Hayato se llevaron a Ryo y a Haru al salón de juegos e invitaron a Yukino y Emma, quienes aceptaron.
Los de tercer año y el resto, debían preparar todo para la excursión al bosque del día de mañana, el cual querían convertir en una expedición de terror por lo que muchos estudiantes salieron esa noche para preparar trampas y bromas para la excursión.
Mientras los jóvenes se divertían en el salón de juegos, ignoraban que a la distancia había llegado el final de su felicidad. Los estudiantes que salieron a preparar las trampas volvieron al recinto, pero Misono, quien estaba a cargo de supervisar, notó que dos chicos de segundo año no habían vuelto. Preocupado pidió a los profesores ir a buscarlos, pero el profesor dijo que era peligroso y quizás sólo era una broma. Si no llegaban en unas horas, si debía enviar un grupo a buscarlos. Lo que no sabían es que esos dos jóvenes habían sido raptados. Sus ojos fueron vendados, sus bocas armodazadas y sus brazos y piernas encadenadas.
Cuando se les retiraron las vendas, lo que veían a su alrededor era un grupo de personas con capuchas negras, vestidas como mercenarios bien armados, siendo un total de 5. En el centro estaba uno que su máscara lo hacía resaltar, era Crow, que jugaba con su navaja. Amablemente les pidió a ambos que dieran la posición de dónde estaba Emma, pero al no poder hablar por las mordazas, él no entendía nada de lo que decían. El mercenario se disculpó y procedió a liberar sus bocas para que pudieran hablar. Los jóvenes se negaban a dar la información y el mercenario suspiró, tomo su navaja y les prometió que él no los asesinaría si le decían lo que necesitaba saber. Uno de los jóvenes tomó la iniciativa y le explicó al equipo de mercenarios donde estaba el recinto de estudiantes.
Crow se alegró y con ánimo ayudó a levantar al joven para liberarlo. Limpió la tierra de sus ropas y le agradeció por la información. El joven se dio la vuelta para ayudar a su amigo, pero una bala atravesó su cabeza causando su muerte instantánea. El otro joven comenzó a llorar en pánico diciendo que lo habían prometido, entonces Crow mostró sus manos para enseñarle que no tenía ningún arma de fuego en ellas, así que él había cumplido con su promesa, porque después de todo él había prometido no asesinarlos, pero no dijo nada sobre sus subordinados.
El mercenario reía burlonamente, mientras levantaba al otro joven para liberarlo y los guiará hasta el recinto. El joven se negó pues iba a morir de igual manera, entonces el mercenario lo tomó y le dijo que al menos si cooperaba iba a ser una muerte indolora, pero apenas lo liberó el joven comenzó a correr por su vida. El mercenario suspiró y con un tono decepcionado dijo “siempre es lo mismo”, y tomando su navaja la lanzó atravesando así la cabeza del joven causando su muerte. Crow tomó su navaja del cuerpo y en un tono sarcástico preguntó a sus subordinados si alguien traía un GPS.
En el recinto, los estudiantes y profesores comenzaron a preocuparse por los jóvenes desaparecidos y decidieron enviar un grupo con los de tercer año para buscarlos en el bosque. Mientras hacia el lugar se acercaba el equipo de mercenarios, usando el teléfono de unos de los estudiantes que asesinaron, el cual tenía la dirección del recinto en su GPS. Uno de los subordinados avisó que ya todo estaba preparado para invadir el lugar, y preguntó qué debían hacer si los estudiantes no querían cooperar para entregar al objetivo.
Crow lanzó su navaja, atravesando el pecho de un guardia de seguridad que buscaba a los jóvenes por la zona. Se acercó a él y dijo con un tono de voz sarcástico mientras pisaba su cuello, que era obvio. Tomando su arma le disparó en la cabeza al guardia y con un tono siniestro término su oracion diciendo: “Nadie sobrevivira”.